Enrique es un niño muy malo jugando
al fútbol y muy bueno fallando tiros a la portería, aunque Enrique
cree que es bueno y fue hacer pruebas de fútbol en un equipo llamado
Lauro. Cuando acabó las pruebas le dijeron que lo sentían mucho que
no podía meterse en el equipo. Se sentía mal porque nadie quería
jugar con él y no lo querían en el equipo, a sí que empezó a
entrenar por su cuenta.
Tras largos días de entrenamiento,
Enrique mejoró mucho, jugaba con sus amigos y nadie podía quitarle
el balón. Entonces volvió a ir hacer las pruebas del equipo Lauro.
Esta vez le dijeron que podía meterse en el equipo, que había
mejorado mucho. Le dieron la ficha de federación.
Ya han empezado la liga. El arbitro era
un cateto, que llevaba siempre los pantalones subidos.
Al día siguiente, Enrique jugó su
primer partido. Al principio ninguno de los dos equipos marcaba gool
en la primera parte. En la segunda parte, Rubén su compañero le
pasa el balón a Nacho, Nacho a Octavio, Octavio corriendo por la
banda derecha llega a la portería, se la centra a Enrique, se para
el portero y llega Ismael y mete un gool. Al final, ganó el equipo
de Enrique.
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